El SaharaMarathon es un evento deportivo internacional de solidaridad con el pueblo saharaui. Su primera edición ha sido el año 2001, por una idea de Jeb Carney.
Está organizado en la actualidad por la Secretaría de Estado del Deporte del Gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática con la ayuda de voluntarios de diferentes nacionalidades.
El SaharaMarathon incluye, además del clásico recorrido, también las distancias de 21 km, 10 km, 5 km y la carrera de los niños, tiene la finalidad de impulsar la práctica deportiva entre los y las jóvenes saharauis y de financiar proyectos de ayuda humanitaria.
Asimismo, tiene como objetivo la concienciación y movilización internacional ante un conflicto que dura ya más de 42 años.
42 años de sufrimiento para un pueblo afectado por las consecuencias de un conflicto que está enterrando sus esperanzas, generación tras generación, en los campos de refugiados de Tindouf (Argelia), lejos de su país.
42 años sin que la comunidad internacional consiga desbloquear la situación.
Una carrera para evitar que el pueblo saharaui caiga en el olvido.
Cerca de Tindouf, en territorio argelino, no tan lejos del Sahara Occidental y de Mauritania, hay una zona de confín donde viven, desde más de 42 años, unos 200.000 refugiados saharauis.
Cada campamento es una “wilaya”, es decir, una provincia, y lleva el mismo nombre de la correspondiente ciudad abandonada en el Sahara español.
En Dakhla, la arena modela dunas imponentes, por lo restante es “hammada”, o sea, “un lugar donde hace siempre demasiado frío o demasiado calor”.
Si das una vuelta por los campamentos, nunca te encontrarás solo: conocerás a muchas personas, los niños te preguntarán de dónde eres, te pedirán caramelos, muchas personas querrán hablar contigo, otras te saludarán simplemente y seguirán andando por su camino, la mayoría te ofrecerá un té, que es el signo de hospitalidad del pueblo saharaui.
Sería cortés por tu parte beber por lo menos tres vasos. El primero es amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave como la muerte.
Has llegado desde lejos por una razón muy importante, para aumentar la visibilidad de las necesidades médicas y nutritivas de los niños del Sahara Occidental.
Ésta es mucho más que una simple competición.
El recorrido establece una conexión simbólica entre tres campos de refugiados, Smara, Aoserd y ElAyoun, y lleva a los corredores a través del desierto que ha sido la casa de los refugiados durante 42 años.
Gracias a tu esfuerzo, has conseguido despertar nuevamente sus esperanzas, porque te has interesado a ellos y ahora saben que no están solos.
Pero, sobre todo, porque has venido y ellos tienen nuevos amigos para toda la vida.
Una breve historia del proyecto SaharaMarathon
La primera edición del SaharaMarathon nació como un simple maratón, para dar visibilidad a la causa saharaui y expresar solidaridad con este pueblo.
Participaron menos de un centenar de personas, corredores aficionados, que llegaron a los campamentos en pequeños grupos organizados por asociaciones de solidaridad que ya conocían la realidad de los saharauis.
Los participantes fueron recibidos por las familias saharauis, como ahora, pero cada grupo cubría de manera diferente los gastos de su estancia, algunos pagaban directamente, otros a través de su propio delegado saharaui, otros a través del Protocolo saharaui.
Entre los participantes casi no hubo un saharaui.
No hubo financiación de ningún proyecto común, que sea deportivo o menos.
Durante la semana no se programaron otras actividades aparte de la carrera.
La inscripción para la carrera costaba unos 80 €.
Los organizadores, extranjeros y saharauis, eran voluntarios.
Fue maravilloso. Una semilla de algo que podría ser muy grande, pero pronto nos dimos cuenta de dos problemas.
El primero era que no se trataba de un modelo económicamente sostenible: los participantes no cubrían por completo los gastos de la permanencia en los campamentos, que no se limitan a los gastos de las familias de acogida. La misma compensación, diferente para los diferentes grupos, creaba desigualdades entre las familias.
La hospitalidad de los saharauis es enorme, así como la importancia de tener visitantes y la realización de este evento deportivo, pero era inaceptable para nosotros ir a un campo de refugiados y tomar más de lo que dejabamos.
El segundo problema era que no estábamos dejando nada para el futuro. No estaba una visión, una idea para construir algo juntos, ligado al deporte, y desarrollarlo en los años siguientes.
Por esta razón, después de varias pruebas, hemos llegado a una fórmula que garantiza la sostenibilidad del SaharaMarathon y sus proyectos: una cuota de 225 € por participante, asì repartida:
– 100 € se destinarán integramente a los gastos de los campamentos, como la ayuda a las familias por su hospitalidad, para dar una ayuda economica a todos los saharauis que participan en la organización, y para cubrir todos los costes de los servicios, como el transporte.
– 75 € son para los gastos de carrera como materiales, camisetas, medallas, el agua y el personal empleado en el día de la carrera.
– 50 € están destinados al proyecto deportivo común, que se actuará durante el año. Puede ser un edificio, como la escuela de deportes de Smara, la compra de material deportivo, o la organización de equipos y eventos deportivos.
El precio total incluye la cuota de vuelo, seguros y visados. En el vuelo también hay que cubrir el costo para el personal médico, algunos saharauis corredores y algunos periodistas.
Una vez que hemos pagado el vuelo chárter, que hemos comprado todos los materiales necesarios para la carrera y hemos cubierto todos los gastos en los campamentos, lo que sobra del dinero va directamente a varias obras de solidaridad.
El grupo internacional que trabaja para la organización del SaharaMarathon lo hace de forma gratuita, y los voluntarios pagan personalmente todos sus gastos.
El Sahara no recibe subvención alguna, sino la de sus participantes.
Todo esto sólo puede lograrse gracias a su cuota de participación, que no es el costo de una simple carrera, sino una experiencia de una semana y un proyecto a largo plazo.
Es una cuestión de llegar allí juntos, o no llegar en absoluto.